On this page you can get a detailed analysis of a word or phrase, produced by the best artificial intelligence technology to date:
La Tablilla de maldición de Pela es una maldición o hechizo griego (en griego, κατάδεσμος, katádesmos) inscrita en una plancha de plomo, que data del siglo IV o III a. C. Fue encontrada en 1986 en Pella, procede de la época de su capitalidad de Macedonia, está expuesta en su museo arqueológico y fue publicada en the Hellenic Dialectology Journal en 1993. Es posiblemente el único texto atestiguado del antiguo idioma macedonio (O. Masson).
Es un hechizo mágico o conjuro de amor escrito por una mujer, posiblemente llamada Dagina, cuyo amante Dionysophōn (‘la voz de Dioniso’) está aparentemente a punto de casarse con Thetima o Tetima (‘la que honra a los dioses’; la forma estándar ática sería Theotimē). Dagina invoca a «Makrón y a los espíritus» (parkattíthemai Makrōni kai [tois] daímosi, que en ático sería para-kata-tithemai) para conseguir que Dionisofón se case con ella en vez de con Tetima, y para que nunca se case con otra mujer, a menos que ella misma recupere y desenvuelva el rollo.
Los katadesmoi (o defixiones) eran encantamientos escritos sobre material no perecedero, como plomo, piedra o arcilla cocida, y eran enterrados en secreto para asegurar su integridad física, que garantizaría la permanencia de sus pretendidos efectos.
La lengua es una forma severa pero claramente identificable del dialecto dórico, y el bajo estatus social de su autora, como es evidenciado por su vocabulario y creencia en la magia, alude a una forma única de dórico hablada por legos en Pela, en la época en que la tablilla fue escrita. (Véase abajo «Fecha y trascendencia»).
Brixhe y Panayotou (1994: 209), creen que es probable el origen macedonio del texto, pero sugieren que la población de Pela no era homogéneamente autóctona, y prefieren esperar a un segundo hallazgo antes de hacer una declaración definitiva.
Antes de la publicación de las conclusiones de la tabilla de maldición de Pela, en 1993, se sugirió que el dórico podría haber sido hablado en la Macedonia prehelénica como un segundo dialecto además de un dialecto macedonio (Rhomiopoulou, 1980).